KAFKA IN DA HOUSE
Sudáfrica es un país de interesantes costumbres, algunas de ellas no han dejado de ser excentricidades ante los ojos de este cronista casual.
Para la gente de estos latitudes, las famosas vuvuzelas son un invento de reciente creación y están orgullosos de haber sido quienes le entregaron al mundo tan particular sonido que lo mismo emociona que atosiga. La verdad de las cosas es que por lo menos en México hemos usado ese diabólico instrumento de tortura sonora para apoyar en las rústicas tribunas de nuestros añejos estadios a nuestros equipos locales y nacionales desde tiempos inmemorables.
Pero lo cuestión no es quién la inventó si no quien la usa mas salvajemente y en eso, los bafana bafanas no tienen comparación. La susodicha trompeta se vende entre 150 u 200 rands, algo asi como 20 dlls americanos y es un 'must' en la tribuna. Con ella ha nacido otra necesidad, la de protegerse los tímpanos.
Así como en el Starbucks se vende café para intolerantes a la lactosa (incluyéndome) acá se venden tapones para protegerse los oídos. Otros 100 rands para aislarse fonéticamente de la experiencia y mantener la cordura dentro de los parámetros normales de un mundial de futbol.
Esta misma lógica de crear problema para crear soluciones me la encontré en un supermercado, cuando perdido entre los pasillos en busca de detergente llegué por accidente al pasillo de los insecticidas y me tope con un "display maravilloso".
Primero pensé que podía ser un error, pero ya razonando me parece que su intención supera por mucho los estándares de la publicidad convencional. Este ejemplo es más bien una cuestión de display literario. Es sin duda una síntesis kafkiana de que el cambio en la fragancia promete el cambio en el consumidor.
Brillante cosa además, suponer que esa transformación colectiva requiere a posteriori un urgente alivio, mismo caso que los tapones para los oídos, en este caso los mata-cucarachas.
El pensamiento sudafricano de crear problemas para después vender soluciones es tan maquiavélico que ya compré un celular por acá porque los teléfonos públicos no funcionan en su mayoría y los que si lo hacen son un robo de monedas comparable apenas con el pinball de los ochentas.
Igual situación con el transporte público, que ha creado tal problema que casi cualquier carro particular se ha convertido en taxi y con las tarifas que manejan los turistas hemos encontrado solución en la renta de autos y (por supuesto) la compra de GPS.
En fin que la economía de este país en este mes, es un ejemplo brillante de creación de problemas para vender soluciones indispensables. Podría adjudicarles el frío aberrante que se deja sentir y que nos obliga a comprar gorros, bufandas y guantes pero creo que en eso si no tienen la menor culpa. ¿O si?
Reportó en exclusiva para Latin Spots desde Johannesburgo, Ulises Valencia (Grupo W).