-¿Cuál es su balance para el 2018 en la empresa?
-El mercado publicitario es sumamente cambiante en Bolivia y este año para Vintage fue un reflejo de ello: arrancamos con diferentes matices. Por un lado, realizamos proyectos de diferentes dimensiones para nuestras marcas que nos dejaron muchas alegrías, la mayoría relacionadas al Mundial (un placer que solo nos damos cada 4 años), pero por otro lado también nos tocó encarar noticias menos gratas, como la finalización de la relación comercial con dos de nuestros clientes, lo que fue un golpe duro para el equipo, pero estábamos convencidos de que podíamos revertir la situación y así fue; luego de algunos acercamientos y proyectos exitosos, consolidamos la relación con tres nuevas marcas, estabilizando la situación en la agencia.
-¿Qué planes tienen para el futuro?
-En Vintage nos planteamos tres grandes desafíos de cara al futuro: Potenciar el área digital de la agencia, fortalecer la relación con las marcas que actualmente forman parte de la familia VTG y finalmente, incorporar una nueva marca a nuestro portafolio de clientes.
-¿Con qué clientes se encuentran trabajando en este momento? ¿Qué están desarrollando para ellos?
-Actualmente contamos con la confianza de grandes marcas como Astrix, Burger King, Corona, Jardín de Asia, Hipermercados Ketal, Hotel DM Andino, Huari, La Suprema, Minera San Cristóbal, Paceña, Samsung, Stella Artois y Taquiña.
-¿Cómo se desempeña en este mercado una agencia que no pertenece a ninguna red mundial? ¿Cuáles son sus ventajas y desventajas de la situación?
-Al momento de hablar del tema de representaciones mundiales y por la experiencia que los socios de Vintage tenemos por nuestro recorrido en JWT, queda muy claro que formar parte de una red genera mayor relevancia al momento de tocar la puerta de un cliente y permite la incorporación de marcas alineadas a nivel internacional, y lo más interesante, te brinda la posibilidad de compartir una serie de estudios, benchmarks y experiencias en otros mercados de la región y a nivel mundial. No obstante y tomando en cuenta lo impredecible de nuestro mercado, es importante tener la capacidad de reaccionar con rapidez, de incorporar talento y tomar decisiones administrativas que sin la autonomía necesaria, se vuelven burocráticas. Formar parte de una red te permite sumarte de una filosofía global; ser una agencia independiente, da pie a forjar la propia.
-¿Cómo está el panorama actual de agencias en el país? ¿Cuál cree que será su futuro?
-Hablando como agencia y de agencias, el mercado boliviano tiene un serio problema: la falta de una legislación que norme las contrataciones en agencias, regularice la competencia y proteja a los profesionales en publicidad. Sin este escenario, es complicado pensar en un futuro prometedor para el rubro porque en lugar de fomentar el crecimiento del mercado, lo canibalizamos, generando una competencia desleal que en muchos casos, conlleva a la elección de una agencia por el precio de sus servicios y no por su talento.
-¿Cuál es el camino que deben tomar las agencias de Bolivia para tener más relevancia a nivel mundial? ¿Cómo se posiciona la agencia frente a esto?
-Creo que antes de mirar hacia fuera y pensar en hacer vitrina para ganar relevancia a nivel internacional, las agencias bolivianas debemos ordenar la casa. El talento humano existe, en Bolivia tenemos excelentes creativos, gente de cuentas, de medios y expertos en digital, pero sin las condiciones necesarias para fomentar y proteger al publicista, es difícil. En ese sentido, con la intención de enseñar con el ejemplo, en Vintage creemos en el valor de nuestro trabajo, por eso la agencia cumple con todas las condiciones que la Ley establece para el funcionamiento de las empresas (en general), para brindarle seguridad a las personas que trabajan acá, y nos enfocamos en un servicio de calidad con foco en los objetivos del cliente, para que las marcas que confían en nosotros, lo sigan haciendo.