Apenas me llegó el guión me puse a investigar sobre la marca y me di cuenta de que había un mundo impresionante detrás de la marca: fanáticos que se tatuaban, peregrinaciones, un culto sobre las leyendas de Topo Chico. Eso nos dio un empujón enorme para construir esta película llena de mitos y matices. Nuestro objetivo siempre tuvo que ver con narrar esas leyendas, que están ligadas íntimamente con la fe de quienes creen en ellas. No eran muy palpables, había que materializarlas de una manera que se sienta la historia que las sostiene.
Decidimos proponer que cada una de esos atributos, cada uno de esos matices que tiene la bebida se cuente de una manera diferente. Encaramos una película que tiene una mezcla de texturas y de formatos tan rica como la cantidad de minerales que tiene el agua Topo Chico. Desde mi lugar, le di un enfoque completamente cinematográfico, focalizando en las transiciones, las entradas y las salidas, para que este relato nos lleve de las narices por el universo legendario de Topo Chico.
Trabajamos con mucha libertad, muy acompañados por la agencia, por los chicos de Only If y por la marca. Todos se subieron a nuestras locuras. Incluso a darle vida a la princesa, como hicimos al final. Decidimos que este personaje que está en la etiqueta cobre vida de alguna manera y se incorpore a los mitos y leyendas de Topo Chico.
Fue mi primera vez en México con Rebolucion y había mucha expectativa en un proyecto muy grande, de mucha envergadura. Salió todo muy bien, el equipo estuvo a la altura. Fue un rodaje muy complejo, atravesado por una crisis sanitaria en todos lados, cumplimos con todos los protocolos y cuidados. Había muchos desafíos, y trabajamos con mucha técnica y con mucho detalle: necesitábamos tener un rodaje híper prolijo para poder empalmar el rodaje con las animaciones y la post-producción, para unir las diversas técnicas que estábamos usando.
Filmamos con lentes anamórficos y tratamos de captar ese clima de película, y que la imagen tenga el peso y la historia que tiene un agua de 125 años que atravesó tantos mitos y leyendas. Trabajamos con animación 2D, con dibujos hechos a mano escaneados uno a uno, como se hacía antes. Además, se utilizó el grabado de lápiz a mano para la princesa azteca, luego una técnica de entintado que representa las aguas de manantial del cerro Topo Chico, y también stop motion con fotos para las escenas de festivales. Tuvimos, por último, el placer de contar con una cámara Bolex a cuerda de 16mm. La película conforma un blend de técnicas que se unen, para mi, de manera muy armónica.
Contamos con un casting espectacular, la búsqueda de este hombre “legendario” fue unos de los primeros puntos a atacar porque era el que tenía que sostener todo este largo relato, donde había que contar muchas cosas, y precisábamos que el personaje tenga el temple y la madurez necesarias para llevar adelante semejante papel.
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