La Vacuna Contra el Cáncer es un frasco real, farmacéutico, embalado dentro de una caja ad-hoc, con código de barras y de venta en la cadena de boticas Fasa, Inkafarma y algunos autoservicios. Lo peculiar está en su contenido: un listado de tips de prevención contra el cáncer. Al adquirirlo, el público realiza automáticamente una donación a la Colecta Anual, y a cambio recibe algo concreto y relacionado con el foco esencial de la Liga Contra el Cáncer: la prevención.
Bajo el lema "La vacuna contra el cáncer es la prevención", los spots de televisión y radio ya lanzados (focalizados en la prevención de manera genérica) incluyen ahora la vacuna como oferta concreta de la Colecta. La difusión de la vacuna se complementa con avisos gráficos, vía pública, internet, etc. La web www.vacunacontraelcancer.com.pe, por ejemplo, propone una "vacunación virtual masiva" donde uno elige una celebridad local para que nos "vacune" y "vacune" a nuestros amigos a través de redes sociales (vacunar equivale a recibir diversos tips de parte de estas celebridades).
"Se trata de una campaña sinérgica y totalizadora, no sólo por su exposición en distintos medios, sino porque hacemos participar a la gente de una experiencia real, concreta y lúdica sobre un tema largamente evitado: la prevención del cáncer", sostiene Flavio Pantigoso, Director Creativo Ejecutivo de Y&R Perú. "95 por ciento de los casos de cáncer detectados a tiempo, se curan: comunicar esta novedad a la gente y llevarla a tomar medidas sería el verdadero triunfo de esta campaña, más allá del dinero recaudado", puntualiza.
Por su parte, Eduardo Grisolle, Gerente General de Y&R y Director de la Cuenta, agrega: "Al lanzar la Vacuna contra el Cáncer, nos planteamos atender no sólo el problema puntual, cortoplacista de resolver el encargo de convocar a la Colecta Anual, sino de posicionar a la Liga dentro del terreno de la prevención y llevar a la sociedad un esfuerzo de comunicación de largo plazo. Algo que no muera con la fecha de la Colecta, como sucede usualmente, pero que tenga recorrido prácticamente indefinido en el tiempo. De hecho, una campaña de prevención como esta no depende de la Colecta, antes bien engloba a la Colecta".
Un aspecto esencial es el tono, radicalmente distinto a la imaginería de muerte, dolor y tristeza con la que la mayoría de agencias ha encarado tradicionalmente el tema: "Uno se pregunta", sostiene Pantigoso, "hasta qué punto, en lugar de suscitar la aproximación de la gente hacia la prevención, las comunicaciones no habrían jugado más bien un rol disuasorio indeliberado, al asociar permanentemente cáncer con muerte, lágrimas y música melancólica. En nuestro país, la inmensa mayoría aún cree que un diagnóstico de cáncer es una sentencia de muerte, y por ese temor evita precisamente acercarse al médico cuando aún podría estar a tiempo de salvarse plenamente".