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LatinSpots - 30 años
LatinSpots celebra un nuevo aniversario desde aquella primera idea de integrar a la industria publicitaria de la región y forjar una identidad creativa propia. Con todo un camino recorrido, el objetivo de integrar, difundir e impulsar el talento latino al mundo se mantiene intacto.
Tres décadas atrás el panorama de la publicidad regional era totalmente distinto. Cuesta imaginar hoy una industria publicitaria latina sin una identidad definida y con la vista puesta en modelos culturales y creativos de fuera de Iberoamérica. Sin embargo, ese era el común denominador en los años noventa en muchos países de nuestra región.
“En 1993, tuve la idea de crear un medio que ayudase a integrar a la región, a mostrar lo que mejor se hacía en la industria creativa y audiovisual en nuestros países, y que eso ayudase a levantar la autoestima y creer más en nuestros propias miradas nacidas de nuestras realidades, idiomas y culturas, a crear un espacio de encuentro y debate sobre la industria publicitaria de nuestra región y, a la vez, intentar construir una herramienta que nos permitiese difundir el talento latino en el mundo, convertirlo en un centro de atracción y producción audiovisual y de contenido, y lo lanzamos en 1994”, afirmaba, en esos primeros años, Santiago Keller Sarmiento, fundador y presidente de LatinSpots. Hoy hacer esto parece algo obvio, pero 30 años atrás, nuestra región e incluso las regiones dentro de nuestros países, estaban divididas y desconectadas unas de otras, y cada país no miraba lo que hacía, pensaba o producían sus países vecinos, con idiomas, culturas y realidades económicas y sociales similares sino que la mayoría ponía su foco en lo que pasaba en Nueva York o Londres que eras sus faros y guías a imitar.
“Recuerdo que desde principios de los ’90, en los muchos viajes que hice por nuestra región por mis trabajos de ese momento, y en particular en 1993 cuando ya tenía en mente lanzar lo que luego sería LatinSpots, aproveché las reuniones que tenía con profesionales de la industria en cada país para hacerles unas pequeñas entrevistas sobre qué era lo que los atraía, los inspiraba, y a qué contenido querían tener acceso en términos creativos y estéticos y de información, y una gran mayoría siempre repetía lo mismo: ‘lo que más me interesa es lo que pasa y se hace en Nueva York o Londres. O incluso en París’. Y cuando preguntaba si les interesaba conocer lo que pasaba en las industrias publicitarias, del cine y la producción audiovisual de nuestros países la respuesta más común era ‘…y puede ser’ pero sin mucho convencimiento o directamente una negativa con un seco ‘no me atrae’ o directamente un ‘es irrelevante para inspirarme’, cuenta Santiago.
En esa época, en la mayoría de nuestros países si mirabas los anuncios en las revistas y los diarios o la publicidad en televisión, podías ver que hasta el tipo de casting que se usaba no reflejaba el mayoritario dentro de nuestras sociedades y poco nos representaban. Parecía mejor hacer algo más nórdico, parecer otro, que la publicidad no reflejase lo que pasaba en nuestras sociedades ni en nuestra cultura y mucho menos en nuestras calles. Mostrar que éramos latinos, apasionados, calientes, frescos, originales, distintos, no daba prestigio ni glamour y lo mejor para muchos era tratar de ser lo más parecidos a los ingleses.
“En ese contexto no parecía muy alentador lanzar una iniciativa que estaba pensada para reflejar la creatividad desde nuestras propias culturas, en nuestros propios idiomas, formas de pensar, sentir y vivir que los latinos tenemos en toda nuestra diversidad y riqueza, y sonaba más lógico, si se quería lanzar un nuevo medio, pensar en conseguir los derechos para reproducir las notas que se hacían en los países considerados referentes culturales en plena época del consenso de Washington y donde el faro político, económico y cultural estaba para muchos en el norte. Sin embargo, decidí hacerlo porque siempre creí y pensé que la riqueza de nuestras culturas era inmensa –aunque no reconocida muchas veces ni por nosotros mismos- y que teníamos y tenemos mucho que decir y aportar desde nuestras perspectivas, necesidades y deseos para alcanzar un mundo mejor”, afirma Keller Sarmiento.
Nuestra región y en especial el Cono Sur, empezó a recuperar desde fines de 1983, sus democracias y libertades que habían sido avasalladas por la violencia autoritaria de los golpes cívico-militares, con la violencia, la tortura, las desapariciones, la falta total de libertad, la represión y la autocensura provocada, la destrucción económica y el endeudamiento de nuestros países. Pensar distinto podía costar la vida o el exilio. A fines de 1983, Argentina empezó a recuperar su democracia, y luego lo hicieron Brasil, Uruguay, Chile, Paraguay y Bolivia. En el caso de Argentina, por ejemplo, el mundo de la cultura desde Teatro Abierto, Danza Abierta, escritores, artistas, cineastas, el movimiento del rock nacional recuperado desde la Guerra de Malvinas, realizaron un importante aporte al trabajo de resistencia a la dictadura y por el retorno democrático junto a los grupos defensores de los derechos humanos, las organizaciones sindicales y los partidos políticos agrupados en ese momento en la Multipartidaria. Todo este movimiento y la recuperación de la libertad empezó a generar el reencuentro de la sociedad con sus raíces, sus culturas y su libertad. Y esto no solo pasó en Argentina sino en los distintos países de la región a medida que recuperaban la libertad y sus democracias.
“Ese contexto, me daba la esperanza que si lanzaba LatinSpots, una vez en marcha, mostrando lo mejor que hacíamos en esta industria, los profesionales se sumarían y empezarían a valorar la posibilidad de ver el buen trabajo que se hacía en cada uno de nuestros países, y más aún la oportunidad de conocer los pensamientos y trabajos de colegas de otros países y de aprender de sus experiencias, errores y aciertos. En fin, que creía que si teníamos la posibilidad de poner en común nuestras experiencias, vivencias, y levantar los logros que íbamos teniendo, podríamos levantar la autoestima de nuestras industrias publicitarias y pensarnos desde nosotros mismos y haciéndonos conscientes de nuestras capacidades. Nuestra región tiene una larga historia en la que nos han vendido espejitos de colores, nos han descalificado y desvalorizado o nos han convencido o querido convencer que eramos incapaces de pensar por nosotros mismos y que lo mejor siempre venía de afuera, y que debíamos imitar o copiar a otros. Pensé y me imaginé que si lográbamos conectarnos, ponernos en contacto, compartir experiencias y desafíos, podríamos también aprender juntos y animarnos a pensar desde nuestras propias historias, contextos y necesidades y esto nos ayudaría también a empoderar a la creatividad y a la producción audiovisual pensada desde nosotros mismos y nuestras realidades. Y a partir de ahí a desarrollar nuestras industrias. Y contribuiría también a la consolidación de nuestras democracias y culturas e incluso soñé que fortalecidas nuestras miradas podríamos también contribuir y aportar a un mundo más heterogéneo, diverso y rico en momentos que reinaban los pensamientos únicos y el ‘fin de la historia’” señala Santiago.
En esos tiempos, era difícil proyectar un medio que representara y potenciara a la región, y desde un primer momento, la idea fue colaborar para construir una identidad latina que diera autoestima y confianza para crear y pensar desde nuestra región, valorar nuestras propias realidades y animarnos a trabajar desde la gran riqueza cultural que tenemos.
Con todo esto en mente y esperanza, nació LatinSpots, que fue pensada desde el principio como videorevista, es decir, una revista impresa más un video de una hora, para poder reflejar tanto el pensamiento de los líderes creativos de nuestros países como también compartir sus trabajos y ponerlos en común para toda la región primero y luego para todo el mundo.
A pesar de las respuestas negativas que había tenido Santiago en esas encuestas informales que hizo, la repercusión de LatinSpots una vez que aparecieron las primeras ediciones fue inmediata y se convirtió en una herramienta de capacitación, difusión y análisis.
“El impacto de LatinSpots
en la industria es impensado,
no sólo por difundir nuestro trabajo
e ideas, sino por la comunidad
que se crea”
Javier Campopiano
Para los festejos del 4to Aniversario de LatinSpots, Santiago junto a Paz, su socia y hermana, pensaron que a toda la conexión y encuentro que se había logrado con LatinSpots le faltaba sumarle un espacio de reconocimiento a los que mejor lo habían hecho y que además fuera presencial. Y así nació en 1998 El Ojo de Iberoamérica producido por LatinSpots que estaba pensado como un evento de una única vez para reconocer a los Profesionales y Empresas que mejor lo habían hecho en el período 1994-1998 y ponerlos como ejemplo para estimular a toda la industria, y que por su éxito de su convocatoria se convirtió en el festival con mirada latina más relevante del planeta. Luego con la consolidación de internet, lanzaron un portal online a principios del siglo XXI, LatinSpots.com, que al principio estaba pensado para sus suscriptores y luego para todos los interesados.