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Dossier Directores
En agosto de 2023, el realizador audiovisual Álvaro Stocker se incorporó al roster de Primo, la productora que se consagró 8 veces como la Mejor Productora de Iberoamérica en El Ojo. Desde entonces, tuvo la oportunidad de filmar en México, Colombia, Ecuador, Uruguay, Estados Unidos y España para nuevos proyectos con los que desafiarse a sí mismo. En esta entrevista en exclusiva con LatinSpots, Álvaro reflexiona sobre su primer año como Director de Primo, analiza el impacto del contexto actual sobre la industria de la producción audiovisual en Argentina y comparte su perfil como realizador.
-Se unió a Primo en agosto de 2023. ¿Cómo fue su llegada a la productora y qué le atrajo de la propuesta de integrarse a Primo?
-Mi llegada fue muy positiva. A veces como director es común entrar a una productora y sentirse realizado, o tener esa sensación de: “ya está”. Pero siento que es justamente todo lo contrario. Para mí entrar a Primo significa un nuevo comienzo, una relación con una productora que tiene demasiado para ofrecer, que en mi caso representa una gran inspiración y un desafío formar parte. Admiro el trabajo de los directores de Primo, y eso también representa una pieza fundamental, el sentir que estoy en el lugar correcto, rodeado de personas que me inspiran.
Desde ese lugar, estar en Primo me permite seguir potenciando mi carrera como director, expandiéndome a nuevos mercados, haciendo crecer mi reel y colaborando con agencias creativas que traen guiones interesantes.
-¿Qué balance hace de su trabajo en la productora en este primer año?
-Fue un primer año bastante movido, tuve la oportunidad de filmar en México, Colombia, Ecuador, Uruguay, Estados Unidos y España. El desafío fue enfocarme en proyectos que impliquen algún tipo de incomodidad, o que me movilicen en algún aspecto. Es muy fácil encasillarse, repetir patrones o maneras de filmar y caer en un loop de repetición. Este año busqué trabajar con nuevas agencias y clientes, soltar lo que “ya sé hacer” y encontrarme en proyectos que me exijan desafiarme. Siento que el crecimiento viene a partir de ahí.
-Hace más de 10 años que trabaja como director. ¿Qué puede contar de su recorrido profesional desde sus comienzos hasta hoy?
-Yo estudié dirección de cine y empecé rápidamente a filmar. Lo que marcó mi recorrido está conectado con el hacer, haber hecho de todo en mis inicios; escribir, filmar, editar, colorizar, diseño de sonido. La transformación más significativa viene de la mano del acceso a las herramientas, cuando yo estudié cine había que pedir permiso para tener acceso a una cámara.
Hoy el avance de la tecnología hace que podamos filmar con un celular por ejemplo, se trazó un camino mucho más directo del querer al hacer. Hay más acceso y eso facilita la creación.
Con otro enfoque, siento que últimamente hay un excesivo acceso a la búsqueda de referencias, estilos visuales, recursos, y eso atenta contra lo genuino y creativo. Sobre todo, en la industria publicitaria que exige tiempos cada vez más cortos, y procesos que se automatizan con el objetivo de acelerar los tiempos. Las referencias ayudan en el proceso de pitch y tratamiento, para vender un recurso, o idea a una agencia o cliente, para que puedan visualizarla o entenderla, pero así como ayudan hay que aprender a soltarlas rápido.
Para mí es muy importante ir a un scouting creativo despojado de todas esas imágenes y referencias visuales, porque es muy probable que a través de eso caigamos en copiar lo que ya está hecho, armar una puesta en escena en base a una imagen que tiene una relación directa con alguien y no con uno. Es una línea muy fina que no tiene que ver con la inspiración.
"Lo que marcó mi recorrido
está conectado con el hacer"
-¿Cómo describiría su perfil como realizador?
-Me gusta pensarme como un realizador con una manera de trabajar honesta y sensible. No me interesa encasillarme en géneros, pero me suelen movilizar los storytellings emocionales, y lo que tiene que ver con relatos visuales y sensoriales. Quiero seguir trabajando en campañas de storytelling y narrativa.
Particularmente, me atrae la publicidad que no se siente tan “publicidad”, que no está enfocada en el producto, y busca dejar alguna sensación o emoción con la que podemos conectar. Mi estilo viene ligado a filmar con un approach más documental, real, guiado por lo emocional.
Hay directores que les gusta tener todo perfectamente pensado, dibujado y resuelto antes de filmar, y me parece que está muy bien si eso es lo que les resuena. En mi caso, vengo de una escuela más ligada a retratos documentales, a lo real, a poder guiarme con intuición y de alguna manera es lo que intento llevar a mis trabajos en publicidad. Al final del día, trabajar con plena conciencia y autenticidad es lo que quiero que me acompañe siempre.
-Su fuerte son los comerciales de auto. ¿Cómo aborda la exploración y preparación del material que recibe para producir?
-Empecé a filmar comerciales de autos casi por casualidad, porque nunca fue un objetivo y hoy siento que encontré el encanto. Me sirve trabajar conectando directamente con el concepto del comercial.
Algo que me resulta interesante y me han dicho más de una vez en algún brief call es que mis comerciales de autos se sienten distintos y más frescos que otros comerciales de autos. Lejos de querer presumir, lo siento como una forma de haber encontrado mi espacio, mi voz. Siento que eso está ligado a una exploración un tanto más creativa, abierta, y libre sobre la forma de hacer un comercial de autos.
La mayoría de los comerciales de autos tienen el foco puesto en lo estético, y a veces eso atenta con la posibilidad de hacer sentir algo sobre el espectador. Veo comerciales de autos que son impecables en movimientos de cámara y fotografía, pero no transmiten nada, y se sienten como faltos de alma por decirlo de alguna manera. A mí me gusta descomprimirlos un poco, no respetar lo que suele ser usual para filmar autos, como lentes anamórficos o una imagen super sharp. Encararlos no desde lo puramente estético, sino poder encontrar maneras de transmitir sensaciones desde otro lado. Por esto, siempre quiero encontrar un camino en cada comercial que filmo, a veces es rodar en distintos soportes, puede ser cámara en mano, b-roll en 16mm, usar algún aspect ratio particular, inspirarme con el voice over, o con un diseño de sonido antes de filmar.
Hay algo también de estar conectado con lo que sucede en el set, de permitirme salir del storyboard que puede limitarme a veces. Tener ojos y atención con lo que está sucediendo por fuera de lo que muestra el monitor. Quiero decir, algunas de las tomas que más me gustan de mis comerciales fueron improvisadas, no estaban dibujadas, pero el estar emocionalmente conectado con lo que está sucediendo en el set te permite agarrar la cámara y filmar algo que está pasando en ese exacto momento que sería imposible volver a reproducir. De ahí para mí sale algo mágico, que trasciende.
-Además de filmar en Argentina, ¿en qué países y/o mercados está filmando y para qué clientes?
-Este año tuve la posibilidad de filmar en distintos países: En México dirigí un comercial para Aeroméxico, ahora estoy viajando a Estados Unidos para filmar uno de Toyota. También filmé en Madrid, Miami, Uruguay, Bogotá, Quito. Está siendo un año muy movido.
"Encontrar maneras de transmitir
sensaciones desde otro lado"
-En abril de 2024, junto a Nico Pérez Veiga fueron los realizadores de “Little Boxes”, de GUT México para Mercado Libre, la campaña que dio comienzo a los festejos por los 25 años de la marca en toda la región. ¿Qué puede compartir de la experiencia de llevar a cabo esta producción?
-Little Boxes fue una campaña muy especial con una impecable creatividad de la mano de GUT México. Desde el guión tuvimos muchas charlas con Nico sobre cómo darle vida a los personajes y lograr que cada uno tenga una personalidad, que despierte una emoción genuina.
El mayor desafío fue el timing, era un proyecto de mucha postproducción, ya que cada personaje fue concebido enteramente en CGI. De la mano de la impecable coordinación de producción de Primo, junto a Mathematics, la casa de animación en Francia, logramos entregar una película con una complejidad inusual dentro de los tiempos cortos de la publicidad.
-¿Qué otros trabajos realizó recientemente?
-Filmé una campaña de Aeroméxico en Ciudad de México para los juegos olímpicos. Desde la aprobación del proyecto hasta la entrega hubieron aprox. 10 días. Hay algo que sucede en estos proyectos en los que el timing ajustado se puede transformar en una motivación, en tener que tomar decisiones rápidas sin posibilidad de duda. Como director, siento que es un gran aprendizaje, una manera de confiar en mi trabajo, en que cada decisión que tomo sobre casting, locaciones o arte se vuelve intuitiva, directa y no tan racional.
Cuando tenemos mucho tiempo podemos dudar, darle vueltas o repensar todo, ponerle mucha razón a decisiones que no deberían tener tanto trabajo mental. También estoy editando un comercial de autos para Toyota. Un music video que filmé en Madrid. Hace unos años que no filmaba videoclips, creo que el desafío fue volver a las dificultades productivas que suelen tener los videoclips por la escasez de recursos. La publicidad de algún modo nos malcría. Este trabajo representó volver un poco a la idea de crear con poco, de ser eficiente y encontrar oportunidades creativas.
-En el último tiempo la IA se ha consolidado. ¿Han utilizado IA en algunos de sus recientes proyectos?
-Chatgpt es lo único que usé. A decir verdad, muy pocas veces. Siento que es útil para tener feedback, idas y vueltas. Me parece que el gran aporte es la posibilidad de descomprimir, decodificar ideas. No sé cómo va a influir, pero siento que ya se está pasando un poco el hype. Como cada nueva tendencia aparece, todo el mundo habla, genera ansiedad, miedos sobre el alcance y la capacidad de reemplazar el trabajo humano y se termina acomodando en el día a día.
"Valoro la capacidad de adaptación
que hay en Argentina, nuestro ADN
es notablemente resolutivo, creativo y
veloz, permite que nos destaquemos
cuando salimos al mundo"
-¿Cómo está la industria de la producción audiovisual en Argentina hoy y en particular la ligada a la industria publicitaria?
-Son tiempos un poco inciertos para la industria publicitaria argentina. Cuando hay crisis, pienso que la publicidad se torna muy resultadista, segura, poco arriesgada. Es entendible por parte de un cliente a la hora de invertir en una campaña. Aunque lo que yo siempre destaco y valoro es la capacidad de adaptación que hay en Argentina. Frecuentemente, se sufre mucho la inestabilidad dentro de la industria, la incertidumbre de la cantidad de trabajo que hay hoy. Pero, y sin ánimos de romantizar maneras de trabajar que pueden resultar incómodas para otra región, siento que en Argentina logramos resultados que no se ven en otros mercados con las mismas condiciones. De algún modo, nuestra kriptonita se vuelve nuestro talento. Nuestro ADN es notablemente resolutivo, creativo y veloz, permite que nos destaquemos cuando salimos al mundo. No es casualidad que la agencia que más premios recibió el año pasado en Cannes sea argentina.
-¿Qué significa ser realizador hoy? ¿Qué aporta la mirada del realizador para mejorar una producción?
-La mirada del realizador puede darle una voz, un tono, una autoría a una campaña. Creo siempre en el trabajo colaborativo. Una campaña exitosa necesita de un buen guion de una agencia, y la colaboración de un realizador para hacerla crecer. Lo que para mí tiene que tener un realizador es un estilo y sobre todo convicción. Un diferencial, destacarse, distinguirse, especializarse. Hay mucha competencia, y hoy más que nunca hay que darle un valor agregado a lo que hacemos. Yo siento que es clave encontrar un estilo, una marca registrada.