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Adiós a Enrique Gibert, un pionero de la creatividad regional

Adiós a Enrique Gibert, un pionero de la creatividad regional

(05/02/10). La industria de la publicidad mexicana y regional despide a Enrique Gibert, mejor conocido en el ámbito como el Hombre Publicidad, que murió hoy en la capital mexicana. Gibert emigró a México luego de dejar Argentina, su país natal en los años 60. Inició su carrera en McCann-Erickson y continuó su labor creativa en Augusto Elías, Arellano, Bozell, D'Arcy, Kroupensky, para después crear sus propias empresas: Maqueda Gibert Publicidad, Gibert DDB y Gibert Quatro. El adiós a uno de los pioneros de la pasión latina.

Enrique Gibert llegó a México de Argentina en la década de los 60, una época que describe como 'poco feliz. Allí se le abrieron primero las puertas de la televisión, donde escribió algunos programas y una telenovela que le censuraron. Y luego llegó a la publicidad, una disciplina que se le metió hasta los huesos y se convirtió en la razón de su vida.

Su entrada a la publicidad fue como ejecutivo de cuentas en McCann Erickson, a la que llegó huyendo del conservadurismo de la televisión. Desde luego que, al ser guionista, esperaba obtener trabajo como creativo; no obstante, lo contrataron como ejecutivo porque 'tenía presencia de ejecutivo'.


"Ésa fue la explicación surrealista que me dieron. Tal vez fue porque usaba corbata". Durante más de cinco años viajó por todo México como ejecutivo de la cuenta de Goodyear y luego se empleó en D'Arcy, donde llevó las cuentas de Orange Crush y algunos productos de Cigarrera La Moderna.


Para 1970, Gibert fue invitado por el empresario Ignacio Arellano a cofundar la agencia Arellano NCK. "Fue muy raro. Venía de agencias con ciento y pico de personas y aquí éramos sólo tres, así que uno se vuelve ejecutivo, mensajero, director creativo, copy, de todo".


Con esta experiencia multitarea, Gibert terminó su entrenamiento para lanzarse al ruedo en 1973, como socio fundador de Maqueda Gibert. Durante los 14 años que la manejó con su socio José Maqueda, esta firma fue la del aprendizaje verdadero, la de los logros y la buena estrella, pues consolidó una muy buena venta a la empresa FCB.


Aunque el monto es secreto los contratos así lo estipulan, Gibert la considera "una muy buena venta, quizá de las primeras en su tipo en la publicidad mexicana", donde una multinacional absorbía por completo a una agencia local y no sólo tomaba participación accionaria. Tan buena, que les aseguraba el retiro a ambos socios. Maqueda tomó la opción, ya tenía 65 años, algunos problemas cardiacos y muchos nietos para disfrutar.


En cambio, Gibert decidió seguir adelante. Tenía 50 años recién cumplidos y la idea de que "retiro significa muerte" -su padre murió a los 46 años apenas dos años después de retirarse como el general más joven del ejército argentino. "El diagnóstico fue aneurisma cerebral, pero yo digo que fue aburrimiento".


Según él, esta venta, toda proporción guardada, "fue como Procter & Gamble comprando a Gillette. Teníamos Gamesa, Cigarrera La Moderna, VW, Pan American Airways, Eveready. No nos iba nada mal". Luego de tantos años, devaluaciones y cambios en los ceros de la moneda, a Gibert le resulta difícil reconstruir su historia en números.


El publicista renunció, y al poco tiempo renegoció el contrato de inhabilitación que firmó con FCB, que le impedía trabajar en el área por cinco años. Se convirtió en vicepresidente creativo de la agencia Bozell, primero, y en 1992 fundó su segunda empresa, Gibert Publicidad.


Exitosa con cuentas como Brandy Presidente, Cemex y Seguros Monterrey, la firma de Gibert recibió tres ofertas de compra, pero sólo una le entusiasmó. "Muchos años antes había tenido como gurú a Bill Bernbach, el fundador de DDB. Ya no estaba vivo, pero esa empresa tenía su legado", y pensar en la posibilidad de unirse a ella en una proporción 60-40 que le permitía mantener el control, le inspiró. DDB era la segunda más grande red publicitaria del mundo.


Acostumbrado a formar equipos jóvenes, Gibert tuvo en sus filas creativas a Santiago Pando (luego publicista de Vicente Fox) y a Raúl Cardós, ahora presidente de Anonimo.


Reconocido en los festivales más importantes del mundo, como Cannes y El Ojo de Iberoamérica, Gibert elevó el nivel de la creatividad mexicana y la mostró en el mundo.


"Trata a todos los clientes por igual y es tan exigente como justo y cariñoso a la hora de reconocer los aciertos. A sus 70 tiene una vitalidad que ya quisiera yo a mis 40. Sabe rodearse de gente joven y aprender de ella", dice Cardós, quien se quedó al frente de DDB México en 2003, cuando Gibert le vendió a la multinacional el resto de sus acciones.


El visionario


Su tercera agencia, Gibert Quattro nació en octubre de 2004, a petición expresa de DDB, que necesitaba otra agencia en México para evitar conflictos de cuentas y de la cual se hizo socia con 20%.


Enrique Gibert destaca igual por decenas de campañas memorables que por su efectividad empresarial y su vena emprendedora, que ahora explota al frente de su cuarto emprendimiento. En vez de pelear por las cuentas de los grandes anunciantes, busca motivar a nuevos clientes a utilizar la publicidad.


En poco más de tres años, su agencia acumuló un crecimiento de 2,300% y cérró en abril de 2009.



Así se despidió de su agencia: "Llega a su fin una trayectoria profesional de 50 años. De ellos, han transcurrido 35 desde que el nombre GIBERT pasara a formar parte de la razón social de una agencia.

Me siento más que recompensado por la generosa oportunidad que hace medio siglo me brindó México. Creo haber honrado la ciudadanía que me concedió, cumpliendo siempre con mis obligaciones, trabajar con pasión, crear empresas y empleos.


Quedan atrás Maqueda Gibert, Maqueda Gibert NCK, Maqueda Gibert FCB, GIBERT, GIBERT DDB y GIBERTQUATTRO.


La simiente de la marca GIBERT® pervive en lo que hoy son agencias como DRAFTFCB o DDB México, como en buena parte de la historia de la publicidad mexicana de las últimas tres décadas.


Nada de lo que logré hacer hubiera sido posible sin la guía de mis maestros. Sin socios como José Maqueda, FCB y DDB. Sin la confianza de anunciantes a los que ayudé a construir marcas a la vez que ellos ayudaban a construir mis agencias. Sin el invaluable apoyo de proveedores, medios e instituciones de la industria y sin el respaldo de la prensa especializada.


Un reconocimiento profundo y muy especial al talento, entrega, entusiasmo y lealtad de tantos compañeros de trabajo con quienes compartí la ilusión de más de un proyecto y la alegría de materializarlos.


La marca y yo, somos el resultado de todo lo que aprendimos e hicimos juntos, en un oficio en el que maestros y discípulos se funden en una misma persona.


Son muchos los que dieron mucho y es difícil mencionar a uno por uno. La lista sería más larga que los créditos de muchas películas y no me parecería justo que alguien se retirara de la sala sin haberlos leído íntegramente.


Gracias, muchas gracias a todos".



Cerró su última de cuatro exitosas agencias cuando le diagnosticaron ELA (en inglés, ALS o enfermedad de Lou Gehrig) y la progresión de esta enfermedad de atrofía muscular, debilitante e incurable, lo fue incapacitando hasta que falleció esta mañana, acompañado por su esposa Marina y su hija Mariana.


Hasta los últimos días, mantuvo su chispa mental y sentido de humor.


Recordamos sus declaraciones durante el homenaje que le hizo el año pasado la AMAP : "Me alegra haber descubierto a esta altura de mi vida que para aprender a vivir hay que aprender a morir. Hoy puedo disfrutar de momentos como éste con una paz interior que no conocía. Siempre pensé que quienes me iban terminar retirando de la vida publicitaria serían Keith Reinhardt o Ken Kaess, q.e.p.d. No; quien me terminó retirando fue Lou Gehrig (con los gringos nunca se sabe). Lo paradójico es que me haya retirado un gringo que no fue publicista sino beisbolista y, que además, murió hace 68 años de la misma enfermedad que yo tengo. Lou Gehrig y yo, en lo único que nos parecemos, es en la originalidad para escoger una enfermedad poco común, aunque él fue lo suficientemente importante como para que la bautizaran con su nombre. Lou la hizo en el béisbol mejor que yo en la publicidad".



Fuente: Artículos Informativos  y Merca20



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