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Valencia: Los fans hacemos el fenómeno

(22/06/10). Ya convertido en un ciudadano más de ese mundo extraño en el que se ha transformado Sudáfrica con la Copa del Mundo, Ulises Valencia sigue relatando sus vivencias: "Y es que los fans hacemos el fenómeno. No pateamos la bola, no tiramos un penal ni rematamos de cabeza en fuera de lugar. Pero si que hacemos que esto exista, incluyendo la fama añeja del señor Edgar Davids. Los aficionados somos locos que cuando todo termine regresaremos al ecosistema de donde provenimos. Somos fans profesionales que en nuestros tiempos libres hacemos de doctores, arquitectos, taxistas, profesores de escuela, creativos de agencia, policías y/o ladrones, etc., pero el corazón nos revientacada que rueda la bola acercándose a la meta".

A continuación, las palabras de Ulises Valencia desde Sudáfrica:

"Más allá de lo que se alcanza a vivir dentro de un partido de futbol, la derrama pasional que se chorrea en las calles de Sudáfrica es como un bacanal de gritos y porras con los que los aficionados mas excéntricos se confrontan acaloradamente convirtiendo un centro comercial, un bar, un autobús de pasajeros; en una tribuna espontánea y trémula.

Justo antes de subir a escribir estas líneas, en el lobby de este hotel (que dicho sea de paso no debería ser el mío), coincidí con el mítico jugador de Holanda de rastas y lentes de extraterrestre, un Edgar Davids avejentado posaba hastiado ante las cámaras de varios aficionados que, como yo, ignoramos su actitud de rockStar y le sacamos fotos para atestiguar el encuentro.

Y es que los fans hacemos el fenómeno. No pateamos la bola, no tiramos un penal ni rematamos de cabeza en fuera de lugar. Pero si que hacemos que esto exista, incluyendo la fama añeja del señor Davids.

Hace unos días me dirigí a Polokwane para el partido de México contra Francia. La entrada de la ciudad me aterró con la imagen de una vuvuzela de dimensiones apocalípticas. Aún así, me integré en la marabunta verde que asaltó las calles de un pueblo de menos de 200 mil habitantes, tranquilo y ajeno a la pasión que genera esta convención de locos.

Cuando llegamos al estadio, verdes y bleusjugaban aconjurar la fotografía del rival como si con esto estuviéramos invocando a los dioses del balón para que nuestros sacrificios se sumarán a los caprichosos efectos del Jabulani y se metieran en la red del contrario.

Imposible ignorar al ejercito de Chapulines Colorados que orgullosos interrumpían la pose napoleónica de franceses.

Imposible igualmente ignorar la marsellesa cantada por el alma solitaria de un aficionado francés que por azares del karma futbolero, quedó naufragando en un mar de camisetas mexicanas en la tribuna, pero lejos de sufrir por la soledad de su destino se manifestó heroico con la gallardía de Charles de Gaulle.

Las calles son lugares perfectos para batallas sinfónicas que revelan rencores, rivalidades, entre enemigos en el terreno de juego pero vecinos en el barrio geográfico del continente americano.

Sin importar el número de soldados, los aficionados brasileños y argentinos se han enfrascado en cuanto se ven. Me sorprende el repertorio de sonatas que han escrito unos y otros para cantarlas y demostrar supremacía.

Comienza la albiceleste con un canto para Diego. Le sigue la verde amarella con uno para Pelé. Regresan los pamperos con un tango para su historia ganadora. Y todo termina con la samba al Pentacampeonato. En fin, que vine a ver futbol si. Pero me llevo más seriamente clavado el fenómeno social que es una copa del mundo.

Los aficionados somos locos que cuando todo termine regresaremos al ecosistema de donde provenimos. Somos fans profesionales que en nuestros tiempos libres hacemos de doctores, arquitectos, taxistas, profesores de escuela, creativos de agencia, policías y/o ladrones, etc., pero el corazón nos revientacada que rueda la bola acercándose a la meta.

Me queda por delante la última jornada de cada grupo, definiendo con esto los octavos de final. Las apuestas están corriendo, la bola ya rueda en Sudáfrica y somos los fans quienes más sufrimos y gozamos con el resultado porque podrá o no haber buenos juegos, pero buenos aficionados nunca faltan.

Reportó en exclusiva para LatinSpots desde Johannesburgo, Ulises Valencia".