Acciones - Perú

Miss Perú 2017 contra la violencia de género

(06/11/17). En lugar de dar sus medidas, las participantes de Miss Perú 2017 dan los números para realizar denuncias de violencia contra la mujer.

Los concursos de belleza siempre fueron un tipo d refuerzo de estereotipos estéticos. Eventos del tipo “miss” se multiplicaron al punto de alcanzar niñas que no saben aún ni hablar. En este recorte, la sexualización que ellas sufren se nota claramente al analizar su ropa, maquillaje y peinados. En contrapunto a esto, Miss Perú 2017 usó su espacio de representatividad para protestar contra la violencia de género existente en el país.

La actitud señala el crecimiento de la voz de las mujeres ante la realidad global que rodea sus cuerpos y vidas. Tanto por lo que sucede en un evento de este tipo, como por atraer la atención hacia un asunto tan importante a nivel mundial.

Las 23 participantes difundirán números de violencia contra la mujer en su región natal en una iniciativa que no parte solo de los concursos, pero forma parte de la organización oficial del evento. Dividido en tres partes, la protesta fue iniciada al principio del programa, cuando las candidatas se presentaron: “Soy Diana Rengifo, de Ucayli, y más de 300 mujeres en mi estado son agredidas física y psicológicamente”, dice una de las concursantes. “Mi nombre es Camila Canicoba y represento al departamento de Lima. Mis medidas son 2202 casos de femicidios registrados en los últimos nueve años en mi país”, afirma otra.

Mientras la cantante peruana Leslie Shaw interpretó la canción “Siempre más Fuerte”, a la hora del desfile en traje de baño, las pantallas de fondo mostraban titulares de periódicos locales con noticias sobre violencia contra mujeres.

Una de las organizadoras del concurso, Jessica Newton, defendió que las mujeres son libres para actuar o vestirse como quieran, y que nada de eso da el derecho a alguien de hablar con respeto, definir lo que ellas son y mucho menos tocarlas.

Durante la sesión de preguntas y respuestas fue hora del tercer momento de la protesta cuando distintas participantes expresaron su rechazo a la violencia de género.