Carolina Mejía Las marcas no pueden quedarse solo en el discurso

Carolina Mejía tiene más de una década de experiencia en diseñar estrategias y ayudar a las marcas a encontrar su camino para estar más cerca de los consumidores. Esta labor le permitió conocer profundamente la realidad de su país, Colombia, y poder detectar sus problemáticas con una visión abierta y realista. En esta entrevista con LatinSpots, en el marco de la celebración por el Día Internacional de la Mujer, Carolina, Chief Strategy Officer de MullenLowe SSP3, evalúa el impacto del Covid-19 sobre los sectores más marginados de la sociedad, y desea que no sea el momento de solo dar flores, sino un tiempo para impulsar con acciones concretas a mujeres en los campos en los que menos son valoradas y en los que luchan por abrir caminos para las que vienen detrás y con el apoyo de las marcas. A continuación, sus palabras.

¿Cómo evalúa 2020, un año dominado por la pandemia, en materia de género y diversidad?
-Creo que fue un año devastador para la mujer. No solo fueron de las más perjudicadas en el desempleo generado por la pandemia, sino que las labores de cuidado de niños y adultos mayores, y el trabajo del hogar, recayeron especialmente sobre ellas. Se abrieron aun más las brechas de género en términos de ingresos, se evidenció el machismo en la distribución de las labores del hogar y se perdieron años de progreso en este tema. En materia de diversidad, por ejemplo, la comunidad trans, que siempre ha sufrido de acoso y violencia sistemática, fue también muy perjudicada en ciudades como Bogotá, pues las medidas de “pico y género” una forma de controlar la salida de las personas a la calle, agudizó la violencia y el señalamiento público.

-Uno de los efectos adversos del confinamiento impuesto por la pandemia fue el aumento de denuncias por violencia doméstica en casi todos los países de Latinoamérica. ¿Qué rol cumplió la publicidad en particular y las comunicaciones en general al tratar el tema?
-El aumento de la violencia doméstica, especialmente hacia las mujeres y niños, llegó a niveles muy preocupantes en Colombia. Se hizo evidente que para muchas mujeres su casa era un lugar inseguro, y “quedarse en ella” no era una opción para todas. El estrés por el desempleo, la falta de ingresos y la escuela virtual, aumentó también una violencia hacia los niños, quienes también perdieron el apoyo y la seguridad obtenida en los colegios. Creo que la publicidad fue una herramienta importante para el Gobierno para visibilizar la problemática y las ayudas disponibles para las víctimas. La empresa privada estuvo muy dispuesta a apoyar con recursos estas iniciativas e incluso algunos retailers prestaron sus tiendas como lugares de denuncia. Creo que se vio una colaboración impresionante entre el sector público y privado, que hacia delante no deberíamos perder. Queda todavía mucho por trabajar en este tema, y hay una gran oportunidad para que las marcas contribuyan a cambiar percepciones y movilizar un mayor apoyo a las mujeres en este aspecto.

-¿Qué enseñanzas le está dejando la pandemia como mujer y profesional?
-Creo que como a todos nos enseñó a valorar lo que tenemos, nos dio la oportunidad de fortalecer los vínculos que son más importantes para nosotros. Para mi fue un momento de ser muy empática con la realidad del país, y de ser consciente y muy agradecida de los privilegios que tengo. Como mujer, me siento muy afortunada de tener un esposo con quien nos repartimos de forma equitativa las labores del hogar y de cuidado de nuestros perros, lo que me facilitó cumplir con el incremento de trabajo que tuvimos y con el cuidado de mi mamá. Como profesional, me hizo reconocer la importancia de ser un buen líder, de ser un apoyo para mi equipo y para mis compañeros en momentos de tantos desafíos. Me hizo sentir la responsabilidad de llevar a las marcas a hacer cosas significativas y relevantes en un momento histórico de la humanidad.

-¿Qué impacto la pandemia causó en la economía y en el consumo de las mujeres?
-Tuvo un impacto desastroso. Nuestra economía está gravemente golpeada, los índices de desempleo se dispararon y las poblaciones más vulnerables, mujeres y jóvenes de bajos recursos, fueron los más impactados. El consumo en muchas categorías en las que las mujeres son mayoría, como el sector de restaurantes y hospitalidad se desplomó. Por eso, ahora, tenemos la responsabilidad de contribuir a la recuperación económica y apoyar las industrias que más pueden aportar a esto.

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