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La producción de publicidad audiovisual, afectada por la crisis de Covid-19

(24/04/20). El mapeo de APRO (Asociación Brasileña da Producción de Obras Audiovisuales) muestra que el 95% de los productores asociados están con sus pagos atrasados y/o pidieron extensión en los plazos. La cantidad estimada de extensiones y pagos atrasados ya asciende a más de R $ 25 millones ($5 millones). El 25% de las productoras asociadas informaron que hay cuentas por cobrar a partir de 2019 que aún no se han pagado, del orden de aproximadamente R $ 3,5 millones ($ 700 mil). A continuación, la carta de la asociación.

Los datos presentados anteriormente ya serían suficientemente impactantes en un escenario normal. En la actualidad, son alarmantes. Vivimos en una época de enormes desafíos en todos los sectores económicos. Incluso, el pronóstico más optimista admite que la crisis socioeconómica a corto plazo puede desarrollarse en un hito histórico, como una gran depresión económica mundial.

Agregamos a este escenario las incertidumbres que, a su vez, desencadenan la inseguridad y los comportamientos retractores. Es natural que se tomen decisiones de emergencia, relacionadas con la protección exclusiva de la supervivencia misma de su actividad. Este temor generalizado afecta desde grandes corporaciones hasta microempresas, trabajadores y proveedores de servicios.

El escenario se vuelve aún más insostenible para el mercado de publicidad audiovisual, dado que los anunciantes están imponiendo condiciones excesivas e intolerables para el pago de sus proveedores de producción publicitaria.

Ya no es el caso de que el tema de los "plazos de pago" ocupa el orden del día de las discusiones y genera tensiones en las relaciones entre los anunciantes y sus proveedores de producción publicitaria, de los cuales provienen de agencias de publicidad a empresas de producción audiovisual, de sonido y de video, además de todo el resto de profesionales de la cadena creativa.

No hay más que esperar. El momento actual exige urgencia. Ya no estamos en condiciones de llevar a cabo debates en profundidad sobre el tema, que se han prolongado durante mucho tiempo y se han desarrollado en diferentes niveles, desde cuestiones puramente legales de la orden de pago de los profesionales, hasta la cuestionable eficiencia productiva y los impactos de este modelo de negocios que solo honra un lado.

Ha llegado el momento en que es necesario expresar un rechazo total de la adopción, unilateral, imponiendo, en la coyuntura actual, de plazos de 90, 120, a veces incluso más días, para el pago de los proveedores de producción publicitaria. El momento exige el cuidado y la sensibilidad necesarios para superar las dificultades. Por lo tanto, es totalmente inaceptable que las empresas capitalizadas, con acceso abierto al crédito a nivel mundial, transfieran sus responsabilidades y habilidades al eslabón más vulnerable de la cadena.

Si el problema del flujo de caja ya está afectando a las grandes corporaciones, ¿qué pasa con las pequeñas y medianas empresas, en un momento en que los ingresos simplemente han disminuido?

El aumento de las condiciones de pago en este momento de fragilidad colectiva significa determinar la aniquilación de algunas empresas, imponiendo una competencia desleal e injusta, lo que da como resultado un mal servicio completo al mercado. Todos tenemos urgencias.

Por otro lado, hay mercados que marchan en una dirección completamente opuesta. Por ejemplo, el mercado norteamericano. AICP, una asociación equivalente a APRO, está coordinando una acción para pagar las cuentas por cobrar de los productores a los anunciantes, como una forma de garantizar la supervivencia de las empresas en la poscrisis.

Por este motivo, pedimos que se mantengan las mejores prácticas de mercado que se han repetido en los últimos años en el Foro de Producción Publicitaria, para que se ejerza la siguiente condición de pago:

50% inicial, 30 días después de la aprobación del presupuesto y el resto del 50% final, 30 días después de la entrega del material off-line.

También vale la pena mencionar la indignación total y el rechazo de la estrategia de pago retrasado debido a la liberación de la autorización de facturación (P.O.), falsamente justificada por la burocracia y los sistemas internos. Hay varias solicitudes de extensión de los plazos de facturación ya realizados antes de COVID-19. Finalmente, los atrasos de cobranzas vencidas.

El cumplimiento de los plazos ya acordados es una medida imponente hoy en día para la supervivencia de las empresas productoras y de todas las personas y profesionales que dependen de ellas.

Contamos con la plena comprensión y colaboración de esta asociación, confiando en la persistencia de nuestro respeto mutuo. Nos ponemos a su disposición para abordar el problema emergente y costoso que lo es.

MARIANNA SOUZA

Presidente Ejecutiva de APRO.

+ Info de las futuras medidas en: www.apro.org.br